sábado, 2 de mayo de 2009

UN FINAL DE PELÍCULA, CON INTERCAMBIO DE REHENES Y MISA EN EL PASTEUR


Esta es la última imagen amable de algunos Caniches en el asado de ayer. Una postal de la armonía, que segundos después se convertiría en un cuadro de Goya... Y todo por una botella de tinto. Primero, el cacerolazo de los vecinos, todos afiliados al Partrido Federal de Paco Manrique. Después, una batalla campal en la que no menudeó el revoleo de símbolos criollos: chorizos, brasas, pingüinos de loza y helado mascarpone. Acto seguido, los Caniches de patitas en la calle, destrozando e incendiando vehículos de todo tamaño y rodaje, lo que provocó la intervención de la División Perros de la Policía Federal. Ovejeros y dobermans se nos vinieron al humo, pero como siempre decimos, "no han de estirarse los pies más allá de las cobijas": con espìritu de cuerpo, les aplicamos nuestro clásico "tarascón cortito a los garrones" mientras los boleábamos con gases forjados en base a ensalada de radicheta con ajo. Nos capturaron algunos cuzcos, pero nosotros nos llevamos a la cucha al Perro Guía, el más ortiba de todos. El intercambio de rehenes continuaba al cierre de esta edición. Hoy por la mañana se celebró una misa en el Pasteur por los Caniches extraviados.
Y todo por un tubo de tinto "Alfonsín"...

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