domingo, 16 de junio de 2013

16 de JUNIO de 1955


Pintura: Daniel Santoro

De ALFREDO CARLINO

Ellos nadan en la espuma
hablándonos.
Esos seres que soñaban
de vivencia en vivencia.
Eran hermanos, padres, hijos...
daban caricias
besos dulces
y también voluptuosos,
se abrazaban antes de ir a la escuela,
al trabajo,
Hoy son simplemente
memoria esparcida,
como lo fueron sus huesos,
en la polvareda.
Yacen
¿quién sabe dónde?

La malignitud
los numeró como sombras.
En el fuego de bombas y metrallas,
transformándolos en polvo, tierra.
Y hoy... floran en el recuerdo
ese jardín es cada vez más perdurable.
¿la vaguedad de su perfume en algún lado está?
Crecen en el gesto
tan remoto y tan cercano
para diagramar el espacio sangriento
que la maldición instaló.
Son memoria...
No los han podido tapar.
Siguen siendo
testimonio que fue
y se recuerda.

Nadie podrá borrar lo ignominioso
ni la perversidad del privilegio.
Se fueron quedando en la ajenitud
de la noche interminable...
Quisieron colocarle silencio al día
y se fueron al extravío.

Los compañeros,
han sido cantados por todos.
Y ellos,
vuelven en el cantar
cada 16 de junio
Para enrostrarles sus espejos de sangre.
Memoria del pueblo
esa vitalidad inagotable
ha impedido el agravio nacional.
Y sí ,
Es verdad
hubo complicidad del fuego
en la plaza imperdible.

Ahora transitan
de sombras,
siluetas,
voces abatidas,
de ahí que gritan
más que nunca.
Son los compañeros
del pueblo
que los sostiene en la herida.
En la penumbra de la pena.
Cada 16 de junio
se transforman en pájaros y cantan,
cantan por nosotros
y prosiguen la dulce faena
de seguir cantando
con violines, guitarras, charangos y
bombos angelados.
Atraviesan la bruma de sonidos y zorzales
para acechar al olvido
y volatilizar
los pétalos
de la vieja canción popular.

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