OTRO INVENTO ARGENTINO: EL CONCEPTUALISMO POLÍTICO

A fines de los años 50 nace en las Artes Plásticas un movimiento llamado Conceptualismo.

 El “yeite” de estos muñecos era: “El concepto es más importante que la obra”.

¿Qué tal? Los tipos agarraban una tela, le pintaban una raya, un punto y listo. Eso sí, al lado de cada obra sobre un largo papel o en el catalogo de la muestra, escribían el concepto de lo que querían decir, expresar, transmitir, etc.

Después de haberme comido las tres Escuelas de Bellas Artes (10 años aproximadamente), para mi gusto este movimiento artístico fue, es y será una gran chantada dirigida a supuestos cultos que no son más que un grupo de esnobistas tilingos.

La pintura, la escultura, el dibujo se explican por sí mismos como toda expresión artística. Imaginen ir a un recital de Spinetta y que el flaco salga a contar durante una hora lo que quiere transmitir, expresar, decir y por ultimo toque dos acordes y se vaya. Bueno, así es el Conceptualismo en las Artes Plásticas: un soporte, una raya, un punto y una larga explicación escrita al lado.

Pero este no es un blog que se dedique a las Artes Plásticas, así que vamos al punto “G” de la política Argentina: “El Conceptualismo Político”.

Como siempre, desde su irrupción descarnada en la historia Argentina, el Peronismo tiene mucho que ver con el nacimiento de este engendro que Los Caniches de Perón damos en llamar “Conceptualismo Político”.

Sus mentores son los Nacionalistas sin 17 de Octubre, sean estos civiles o militares; la Izquierda Nacional sin Unidades Básicas; los Partidos Clasistas sin Obreros; los grupos antisistema de derecha o de izquierda que nunca tiraron ni un “Chasquibum” o los Republicanos sin Constitución Nacional (1949).

Estos grupos han escrito miles de libros, han publicado millones de textos, nos han intoxicado con cientos de millones de conceptos, pero en lo concreto del laburo político sólo han aportado a la historia Argentina no más que, un punto y una raya. Eso sí mas del 80% del los conceptos que elaboran estos pelafustanes fueron y son destinados a entender, interpretar o rediseñar el Peronismo, sea para justificar su apoyo crítico a éste o para oponerse sin dar la imagen de gorilas.

A partir del año 1945, los Peronistas armamos el bastidor, le engrampamos la tela, imaginamos una estructura, hicimos un dibujo y le pusimos color. Mal o bien creamos una nueva pintura de la Argentina, y estos personajes que solo colgaron una tela con un punto, una raya y una tira de papel higiénico llena de conceptos, nos vienen a discutir de igual a igual, y como si fuera poco nos tenemos que comer sus interpretaciones acerca de ¿qué es el Peronismo?

Pero hay algo que me patea el higado: -en estos tiempos tenemos que ser pacientes con los conceptualistas que nos dan su apoyo crítico. Tenemos que comernos un montón de gansadas sin chistar, porque necesitamos los votos-

Y el colmo: -tenemos que cuidarnos de no tildar de gorilas a quienes no nos apoyan pero hacen un esfuerzo terrible por entendernos-

Mientras tanto los Peronistas hacemos, deshacemos, arreglamos, rompemos, damos vida, matamos, vivimos y morimos por la Argentina que creamos. Tenemos una Doctrina, un Proyecto de Nación y una Filosofía definida. Pero por sobre todas las cosas generamos hechos concretos. Laburo que le dicen.

Tomamos la responsabilidad de dignificar a los más desprotegidos, de darles derechos a los que trabajan, una vida digna a los viejos y sobre todo de garantizarles una niñez feliz y un futuro esperanzador a los pibes.

A los conceptualistas políticos Argentinos les digo, con todo respeto:

¡Póngase a laburar y no roben más!

Miren, Perón leyó mucho a los filósofos griegos, pero en estos tiempos los caprichos de la historia hicieron que hoy los griegos tengan que leer a Perón para poder zafar del quilombo que tienen. Y no es sólo por los conceptos del General, es sobre todo por la Obra de Arte que el Peronismo pintó y dio en llamar:

“La Nueva  Argentina”.

El caniche Chino