Chapoteando en las aguas del mar que inventó Perón, me enteré de dos noticias.
La primera que terminaba la misión del compañero Martín Garcia en Telam. Con orgullos y emoción por el y todos los compañeros que militaron la gestión, lo primero que sentí fue:
GRACIAS COMPAÑEROS, VIVA PERON CARAJO.
Los obsecuentes y los traidores tienen vuelo corto. Los soldados de Peron cumplimos con lealtad y patriotismo la misión encomendada por la conducción, la compañera Cristina.
Los militantes Peronistas sabemos volver con la frente bien alta al, "nosotros del pueblo que es la única verdad", cuando cumplimos con nuestra misión.
PERIODISMO MILITANTE es un grano en el orto que nunca mas se podrán sacar los infames traidores a la Patria.
PERIODISMO MILITANTE es una bandera que flameará de ahora en mas en cada batalla por el sentido, por la otra historia, por la descolonización informativa.
“Aquel que habla mal de otro peronista se está pasando al bando contrario” dijo Peron. Que cada uno se haga cargo.
Los Caniches de Peron estamos orgullosos de vos compañera Silvia, soldado de Cristina, soldado de Perón.
Y la magia, la poesía y la armonía musical se detuvieron unos segundos. El universo todo en un minuto de silencio.
El flaco Spinetta se fue con el Capitan Beto, con Pappo, con Tanguito, con Miguel, con el otro Flaco.
Para ser sincero, en aquellas epocas nacientes del ROCK NACIONAL yo tiraba mas para Manal, Pappo, La Pesada, Vox Dei; sin embargo el Flaco me podía. Tenía eso que no se puede definir. Esencia, actitud, estética, no se. Era algo que te emocionaba. A veces no entendíamos muy bien sus letras. Se nos chocaban las neuronas con su música. Nos enojábamos con su chamuyo pacifista. Pero nos sacaba cosquillas ese Flaco. Loco, intrigante, desafiante, desgarbado, esquisto.
Creo que fue en el mes de Octubre de 1973. El Flaco presentaba el álbum Artaud. El tipo no conseguía sala y el dueño del Astral se lo ofreció un domingo a las 11 de la mañana. Con un vago amigo de Avellaneda estuvimos boludeando toda la noche, hasta que el turro de febo nos empezó a taladrar la cabeza y decidimos ir a tirarnos frente al Teatro; esperando la hora para entrar.
Era el final de la primavera Camporista y la cana no jodía mucho.
Cuando pudimos entrar al Astral todo era delirante, las caras de los unos y los otros. El escenario como una caja negra, una silla blanca, una guitarra blanca y un micrófono.
Y de repente entro el Flaco, todo de blanco y con guantes verdes. Y acercándose al borde del escenario manda:
"Ayer soñé que metía las manos en un tarro de pintura verde y hoy amanecí así....ja!
Una hora y media donde el mundo se inclinó a sus pies. Todo el álbum Artaud, algunas cosas nueva para el momento como "Barro tal vez". Películas proyectadas, me acuerdo de fragmentos de "El perro Andaluz", y no se cuantas bellezas mas que se me mezclan con otros recuerdos; otros conciertos, otras bocanadas de vida.
Salimos del Astral y el sol pegaba duro, el sueño te rascaba la cabeza, la vida real te decía: "relojes se pudren en sus mentes".
Tiempos raros aquellos, entre militancia y música. Entre Pappo y Spinetta. Entre un sueño lleno de vida y la muerte que se venía implacable.
El rock nacional, a mi modo de ver, tuvo tres columnas nacientes: El Flaco, Pappo y Lito. El "chabon" de arriba se ve que sabe de música, y se llevo para su escenario a dos de los mas grandes.
Gracias Flaco, no sabes lo que me acompañaste en las noches de oscuridad y miedo absoluto.
Audio de aquella mañana de ensueño. No es el mejor audio pero vale como muestra del maestro Luis.
El Chino.