jueves, 26 de julio de 2012

Acto de recordación del 60 aniversario del fallecimiento de Eva Perón: Palabras de la Presidenta de la Nación




Gracias, muchas gracias, compañeros y compañeras; amigos; hermanos y hermanas: aquí en este lugar, en este maravilloso lugar que inauguró él, se me agolpan…”nacional y popular, te juro que en los malos momentos los pibes siempre vamos a estar”… gracias, no me hagan llorar. En este lugar me vienen a la mente imborrables recuerdos y momentos, no solamente de aquí de este lugar maravilloso, de José C. Paz, donde siempre me han recibido como una más, y sepan que me siento una de ustedes más que cualquier otra cosa. (APLAUSOS).  




Me viene a la mente también, un momento muy importante, allá por el 25 de mayo del 2006, donde hicimos una inmensa movilización en la Plaza de Mayo y él habló. Recuerdo que empezó ese discurso muy emocionado, era la primera vez que hablaba en la Plaza de Mayo – creo que nunca más volvió a hacerlo – y dijo en sus primeras palabras: “y un día volvimos”.

Quería simbolizar en esas palabras a toda una generación, la mía, la generación del Bicentenario, la que teníamos 18; 19; 20 años y algunos más, cuando el General Perón retornaba a la Patria. Y lo habíamos traído, sí digo lo habíamos traído, porque fueron las grandes movilizaciones y luchas populares de los trabajadores, de los jóvenes, del pueblo argentino que se movilizó por el retorno de su líder. (APLAUSOS).




Pero no volvimos para hacer cualquier cosa porque como él lo había marcado, el 25 de mayo del año 2003, no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno. Tal vez muy pocos creyeron en esas afirmaciones, tal vez muy pocos entendieron aquel 25 de mayo cuando dijo: “y un día volvimos”. Y es que volvimos para que ella, para que Eva Perón, que había prometido volver y ser millones cumpliera con su propia profecía de volver a una Argentina diferente. (APLAUSOS).


Hoy, como miembro de esa generación, que ayudó a que Perón retornara a la Patria, desde el llano y como militante quiero decir también que 30 años más tarde de aquel 73 Presidente y Presidenta ya no luchamos por el retorno de Perón, sino por el retorno eterno de Eva, que volvió en los millones de puestos de trabajo, que volvió en los millones de jubilados y pensionados que incorporamos y que año tras año a partir del 2003, han visto mejorar su situación, sus haberes. Volvimos a través de los cientos de miles de viviendas y soluciones habitacionales, ahí también está ella. Ella está en los 2 millones de netbooks que hemos entregado a nuestros estudiantes de las escuelas secundarias públicas. Ella ha vuelto en las diez universidades nuevas, que hemos inaugurado y también – como señalaba el Intendente – del presupuesto educativo más importante del que se tenga memoria; ella ha vuelto en la recuperación de los fondos de los trabajadores que habían sido privatizados, durante la época de los noventa. Y ahí sí que volvieron millones que tenían cautivos, pero los multiplicamos porque en poco más de 2 años, tenemos el doble o el triple de lo que habíamos recibido para que todo el pueblo argentino: jubilados, trabajadores, empresarios que reciben créditos y ayudas puedan sostener ese crecimiento maravilloso; ella ha vuelto – 60 años después – para incorporar a millones de pibes a la dignidad de la Asignación Universal por Hijo para que los padres no tengan que mendigar un guardapolvo o un par de zapatillas o un cuaderno para llevar a sus hijos a la escuela. (APLAUSOS).




Ella ha vuelto en más de las 1.300 escuelas; ella ha vuelto en el millonario presupuesto para las universidades y para ciencia y tecnología.

Díganme si esa maravillosa Tecnópolis no es una moderna versión de la Ciudad de los Niños, díganmelo, acorde con los tiempos, acordes con la evolución. (APLAUSOS). Hoy llevamos superados más de un millón de visitantes en apenas diez días o menos de una semana en Tecnópolis. Es el lugar donde las familias argentinas con sus hijos van a disfrutar lo que hemos hecho los argentinos en estos 200 años de historia; ella también ha vuelto en los miles y miles de hombres y mujeres que han visto reconocida y recuperada su identidad con el matrimonio igualitario. ¿Dónde creen que estaría Evita, con quién habría votado ella? (APLAUSOS).

Ella que era la amazona de la libertad y de la igualdad por sobre todas las cosas porque había sufrido en carne propia la desigualdad y la pobreza y los prejuicios de una sociedad que muchas veces no entiende que alguien puede no pensar lo mismo, ser igual o sentir lo mismo, y sin embargo es un hermano, un hermana, un compañero o una compañera. Ella ha vuelto también en la dignidad de una Patria que ha dejado de ser colonia porque ella predijo que vamos a dejar de ser colonia, o la bandera flameará sobre sus ruinas.
Y déjenme decirles qué proféticas que resultaron aquellas palabras, que muchas veces las leemos y las repetimos. Ella dijo, en una oportunidad: “la Patria dejará de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”. Díganme ustedes si no recuerdan las imágenes del 2001, cuando se incendió el país, cuando bajo las políticas neoliberales y de subordinación al Fondo Monetario Internacional y a las indicaciones de afuera nos habían sumergido en la vergüenza de recibir, cada seis meses, la visita de un Virrey, que venía a decirlos lo que teníamos que hacer. (APLAUSOS).



Si uno ve, si uno escucha, si uno tiene la capacidad de escuchar con sus propios oídos; más que mirar, la de ver con sus propios ojos las cosas que han pasado desde que ella no estuvo y lo que hemos logrado hasta ahora, díganme si no estamos haciendo las cosas para cumplir con ese legado y ese mandato histórico que ella le impuso a todo aquel que se dijera peronista. (APLAUSOS).

Yo me siento realmente con la inmensa responsabilidad de conducir los destinos de la Patria, en momentos que no son fáciles. Pero no solamente no son fáciles por lo que pasa en el mundo, no son fáciles tampoco para mí en lo personal estar sin él, toda una vida al lado de alguien que fue algo más que tu marido, que era tu mejor amigo, que era tu mejor maestro, tu mejor compañero te dificulta muchas veces las cosas. Pero yo trato de hacer honor a lo que le prometí, allá en Calafate, muy despacito, cuando le dije: “no te voy a hacer quedar mal, no te voy a hacer pasar vergüenza”. (APLAUSOS). Ese fue mi compromiso con él, porque él había dado todo, él te cuidaba.

Cuando, Mario, a veces me daba un poco de rabia porque yo decía “no me trates como si fuera una nena”, pero él me cuidaba permanentemente y le decía a todos los compañeros, como le decía a Mario y a otros compañeros, que son testigos, “cuídenla”. Porque su inmenso amor hacia mí, que fue tan grande como el que yo le tuve a él y que todo junto es el inmenso amor que le hemos tenido a nuestro pueblo, a nuestra patria, a nuestros compañeros desaparecidos. (APLAUSOS)

Ella también, que fue desaparecida, ella también que durante 18 años fue desaparecida también ha vuelto en la justicia, en la memoria, en la verdad que hemos puesto en la política de derechos humanos como uno de los pilares y que hoy nos muestra como ejemplo al mundo. (APLAUSOS

Yo no quiero llorar, porque a los grandes no se los recuerda llorando; a los grandes se los recuerda combatiendo, trabajando y luchando por llevar adelante sus ideales. (APLAUSOS)

Esta Patria que hemos construido entre todos los argentinos y que es para todos los argentinos, aún para los que no están de acuerdo; porque lo maravilloso, lo distintivo, lo diferente de un proyecto nacional, popular, democrático y de inclusión social, es que incluye y beneficia aún a aquellos que lo critican y que lo boicotean permanentemente. Eso tiene de diferente cuando se milita y se participa de un proyecto nacional, popular y democrático. (APLAUSOS)

Pero déjenme decirles que si hay un lugar donde hoy la veo a ella, donde la veo más que nada es en los cientos de miles de jóvenes argentinos que se han incorporado a la política y que la llevan en su corazón, que la llevan en sus banderas, que la llevan estampadas en sus remeras, en los movimientos sociales juveniles, en las universidades, en los sindicatos.

Mario, Mario querido, no te preocupes por los saboteadores; siempre va a haber saboteadores de los procesos nacionales, populares y democráticos. Lo que nunca van a poder sabotear es la historia, porque la historia, finalmente, más temprano que tarde, termina haciendo justicia.

Y si no, mírenla a ella, esa mujer que hace 60 años pasaba a la inmortalidad, esa mujer que alguien pintó en las paredes de la vieja mansión Alzaga Unzué donde ella murió, “viva el cáncer”; la denostada, la malquerida, la vilipendiada, la injuriada hoy renace eterna en la memoria del pueblo y de la historia. No ya de la Argentina solamente, del mundo.

Si es el lugar que más vienen a visitar, si es el personaje que más les interesa, cómo ha podido derrotar a los insensatos, a los que quisieron desaparecerla, a los que la injuriaron.

Por eso tenemos que aprender a distinguir entre los tiempos biológicos y de la cronología de los tiempos históricos.

Yo hoy por la mañana leía muchas crónicas, hoy se escribieron en todos los diarios cosas muy lindas de Eva, todos, no había nadie, es imposible que hoy a 60 años…Fíjense cómo los derrotó: a 60 años, ninguno de los que la insultaban y agraviaban pueden firmar una nota ni pueden decir nada porque ha sido reconocida por todos.

Por eso, me gustaría que algunos compañeros que escribieron hoy y decían de su breve vida, de su breve paso: si uno lo mide en términos biológicos, fue breve; pero la historia no se mide por los tiempos biológicos. La historia se mide por lo que cada uno de nosotros ha hecho cuando le ha tocado pasar por el mundo y esa mujer no tuvo 30 años o 33, esa mujer tuvo siglos porque fueron siglos de lucha por la libertad, por la igualdad, por la justicia social que ella supo interpretar y dar a su pueblo

Por eso no hay que preocuparse, hay que ocuparse para no estar descuidados, eso sí, para no estar descuidados.

Pero no perdamos el tiempo en aquellos que por ambiciones, por limitaciones, no importa, no me gusta adjetivar y mucho menos en un día como hoy, no comprenden el curso de la historia. Y que cada uno de nosotros no va a ser juzgado por los titulares del diario de mañana, sino que va a ser juzgado definitivamente por la historia y por la memoria del pueblo. (APLAUSOS)

Ella pudo ganarle a la historia con la memoria del pueblo; ella es eterna y hoy venimos a homenajearla y repetirle única. Pero debemos aprender las lecciones que nos da la historia y saber que el camino que hemos elegido que es el de lograr que en la Argentina cada vez haya menos pobres, significa también enfrentar intereses.

Porque en la economía, como lo digo siempre, nada es neutro: lo que se le da a uno es porque lo pone otro. No hay ninguna otra fórmula posible.

Sepan que mientras las descalificaciones, las injurias o los agravios sean por este camino que hemos elegido, que es lograr ser más libres, más independientes, desendeudando al país como nunca nadie lo había hecho a partir de 1955, porque también, recordemos un poco la historia para los más jóvenes, entramos en el Fondo Monetario después del ’55, Perón nunca quiso formar parte de ese acuerdo. Por eso les digo que es la historia, precisamente, la que nos va a juzgar.

Y yo quiero convocarlos a todos, a convocarlos por el mensaje de unidos, organizados y solidarios, porque la unidad del pueblo argentino, que no es una unidad vacía y sin contenido, es una unidad con dirección, con sentido, la organización que no es contra nadie, sino es a favor del pueblo y la defensa de sus derechos y la solidaridad que es la base que debe unir a todos los trabajadores, que debe ser el horizonte y el punto de llegada, porque los que ya tienen un trabajo bueno y registrado, tienen que ayudar al otro hermano que todavía está recibiendo la Asignación Universal por Hijo, que todavía no está registrado y tenemos que aprender a ser solidarios, porque esa es la base sobre la que ella trabajó.

Ella siempre decía, sobre todo en la última etapa cuando escribió su libro “Mi mensaje”: “Por allí puedo entender –ella utilizaba mucho la palabra oligarquía- que la oligarquía no nos quieran o nos desprecien, pero lo que más me cuesta entender es cuando alguno de nosotros, venido de abajo, se junta frente y junto a los que siempre nos atacaron para, precisamente, socavar la unidad de este movimiento”.

Pero bueno, tenemos que ser fuertes, manejar nuestras palabras y también manejar nuestros silencios, que suelen ser también muchas veces más elocuentes que las palabras.

Por eso, yo quiero decirles a todos juntos hoy aquí, no solamente a los que integran el movimiento peronista, sino a todos los argentinos como Presidenta de los 40 millones de argentinos, que en ese billete en el que ayer por primera vez la imagen de una mujer, de esa mujer en el reverso de ese billete, dice “en unión y libertad”. Y entonces, unidos y organizados, solidariamente en unión y en libertad, sentiremos que ella ha cumplido su legado histórico y es más eterna que nunca a 60 años de haber pasado a la inmortalidad.

Gracias compañeros, el mejor homenaje que le podemos hacer a Eva es militar y trabajar incansablemente por la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.

Gracias José C. Paz, gracias provincia de Buenos Aires, gracias Argentina, gracias a todos, los quiero mucho. (APLAUSOS)

2 comentarios:

  1. Que grande los peronchos! Raza infecta de grasa. Púdranse hijos de puta

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  2. Che ustedes que se dicen peronistas por qué no reivindican a Isabel Perón que no sólo lo aplaudía o lo votaba sino que también se lo cogía al General. Más peronista que Isabel no hay.

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