martes, 21 de mayo de 2013

Despertate Juan… Despertate…



Algo Virginia desconocía y es que aquella mañana sería el verdadero despertar de Juan. De aquel sueño, emergería una idea. Esas ideas que la reminiscencia solo puede concebir. Ella lo deja dormir…


Supone, que los ansiolíticos surtirán algún efecto, para que el obediente marido, entregue un día más de existencia, a la "gran carroñería".

El pasado oscuro, allí su familia. Aquella que deseaba lejos dejar. Porque aprendimos que, todo pasado oscuro yace.


A la luz de la razón, a la lejanía del mito eterno. El hombre, nuestro hombre, finge el recorrido del devenir incesante…

Su oscuro pasado, allí parado…

Otra vez, pero dulcemente

Juan despertate…

Irrefutables aromas, lo acercaban a la verdad, era el café con leche de su madre, era el hollín de Gerli, era los brazos torneados de su padre de los que brotaba el verdadero aroma de la dignidad; que la "gran carroñería" le había arrebatado a Juan.

Osvaldo lo abrazaba con sus manos llagadas por el torno y la masa, besaba en la frente a María. Junto con Miguel su hermano, se paseaba por el barrio, con las bicicletas que "Esa Mujer", había dejado en el Correo. 

Así sucedieron los años de infancia de Juan.

La segunda caída fue de horror; su frente y sus manos sudaban, él lo presintió. Ellos quieren derrumbar el mito.

Alguien lo llamó el malambo de los generales…

De golpe, los aromas se esfuman, los abrazos de Osvaldo tiemblan. María le suplica a la providencia, Osvaldo cree en la lucha.

Las primeras bombas se hacen visibles, del susto logra captar porque hay cosas de las que no se puede hablar. La señora de la bicicleta desde el cielo nos protegerá, soñaba Miguel…

Del otro lado, en Córdoba, los padres de Virginia festejan…

Luchar. 
Resistir, resistir.
Luchar.
Volver.
Luchar.

Juan adoleció en silencio.
Como otro niño lo negó. 
Miguel para que volviese luchó.
Osvaldo se resistió y su cuerpo se lapidó.
Juan el hecho silenció.

La tercer caída, es por demás peor.

- Buen día.

- Que idiotez decís?

- Estuviste con pesadillas otra vez... No te preocupes, cuando te den el ascenso vas a estar mejor... Además tu jefe se va a Miami. Imagínate Juan, esa vida, va a ser la nuestra también!! Tené paciencia!!

- Decime una cosa Virginia, te acordás que te conté de mi viejo y mi hermano?

- Pensé que no te gustaba hablar de eso.

- No quiero el ascenso...

- Qué? Cómo? Y el auto y los viajes? Vos que querés de la vida Juan? Que le digo a mi familia, Qué le digo a mis amigas!!

Asombrado, decide ponerse la corbata. Toma las pastillas porque de otro modo sería imposible tolerar una jornada de adulaciones, cinismo y discriminaciones.



Un diálogo interior


- Perdoname papá, Perdoname hermano

- Perdonate vos, hijo, todavía se puede.

Juan volvió a su esencia, entendió el ardor de su estómago al pasar por la Av. Libertador. El dolor de cabeza de los cócteles superfluos y la idolatría de una consigna sin bandera ni patria. Esa, de la que en esos días, los diarios y compañeros de trabajo se ufanaban de hablar justificando el curso de una guerra. Más bien de la masacre, de otra generación por perder.

La razón instrumental ha dejado el mito lejano, su mente le sirve a los carroñeros del cipayaje para desviar frutos, producto del hambre y la miseria del pueblo argentino.

Es el ser nacional el que recorre sus venas, el caballo embravecido al galope de las montoneras... El fulgor del subsuelo de la patria sublevada.

Rompe el silencio…

Luchar.
Resistir, resistir.
Luchar.Volver.
Luchar.

Juan ha vuelto...

Comañera
Dana Ahumada.
Peronismo Militante

1 comentario:

Volvemos a dejar libre la posibilidad de comentarios. Estuvimos obligados a moderarlos por la cantidad de trolls que intentaban desvirtuar el debate. Pero bueno, preferimos que sean ustedes mismos los que, coincidan con nosotros o no, pero perticipan de buena leche; quienes ignoren a los tontos o maquinas de ensuciar, hasta que eliminemos su mugre.