Estos gorilas a la cubana hablan de libertad, pero no de la libertad de conciencia y de pensamiento. Entienden por libertad la del consumo. Claro, no está mal: nosotros la ejercimos con la posibilidad de llegar hasta allá, algo muy difícil, posiblemente un poquito menos que para ellos. Sin embargo, en su discurso dejan escapar el verdadero triunfo de esa revolución que lleva 51 años.
En una de las tantas discusiones que sostuvimos con varios de estos personajes, estando en Santiago de Cuba, él no creía cuando nosotros le planteábamos que hay hijos de puta en Argentina que lucran con la muerte de chicos, para beneficio propio. Sus palabras fueron “eso es imposible”. Sin duda, desde esa cabeza formada en un país que privilegia a los niños por sobre todo, con una tasa de mortalidad infantil de 4,8 % (dicho por las Naciones Unidas, la más baja de todo el continente, incluido Canadá), esa cabeza que deja escapar esos pensamientos, cuando su discurso es contrario a la política de su país, eso es el triunfo verdadero de esos cambios profundos implementados a partir del 11 de enero de 1959.
Pero hay más, en el viaje de vuelta, en uno de los tramos (de Costa Rica a Lima) tuve la posibilidad de viajar
Sumado a lo anterior, que es lo significativo a mi criterio, Cuba es un lugar extremadamente lindo. Estuvimos en tres ciudades importantes y cada una muestra una belleza sin igual. La Habana tiene toda la magia que suponíamos antes de conocerla. El primer impacto es muy fuerte. Ese olor a nafta quemada es permanente hasta que te acostumbrás. Los ruidos, esos permanentes bocinazos: la cuestión es bocina y paso. Y algo que está en extinción: los autos antiguos, la mayoría convertidos en taxis de lujo para turistas.
Son los menos los que se mueven como taxis para cubanos y como autos particulares. Y los famosos camellos, esos camiones convertidos en colectivos, ya casi no se ven, fueron reemplazados por unos con formas de gusano, bastante largos y muy nuevos. Los lugares emblemáticos son muy impresionantes: el Malecón, la
Es infinita la cantidad de museos que hay. La cultura tiene un lugar preponderante en la vida cubana. Desde la música, por supuesto, pasando por la pintura, la escultura. Son fanáticos de las estatuas de bronce, las hay por toda la Habana Vieja. Se observa, en especial, una restauración en lo arquitectónico.
Nos manejamos fundamentalmente caminando, cosa que los cubanos no hacen. Todo les parece lejísimos. En esas caminatas anduvimos por los barrios, sentimos muchas veces una sensación de invisibilidad, de la buena. En ningún momento sentimos rechazo. Al contrario, frente a una necesidad, sobre todo de ubicación, son muy solidarios para brindarte información.
En cualquier lugar de la isla, la cual recorrimos bastante, la gente es muy cordial. Pasamos por Santa Clara, la ciudad del Che, donde está el mausoleo y los restos repatriados desde Bolivia en el año 1997, así como de todos los combatientes que cayeron en esa avanzada. Es muy fuerte entrar allí. No sé si será la emoción que traíamos, pero es muy difícil
Caniche Julián