miércoles, 28 de enero de 2009

EL AGENTE NARANJA

Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras las fuerzas estadounidenses rechazaban con dificultad al ejército japonés, se barajó la idea de matar de hambre a Japón destruyendo sus cosechas de arroz mediante un potente herbicida. El Gobierno financió las investigaciones, que desembocaron en una combinación de dos herbicidas: el 2,4-D y el 2,4,5-T. Una combinación que pasará al historia con el nombre de Agente Naranja. A partir de la fabricación del segundo herbicida, que constituye el 48 por ciento de la composición de este defoliante, surgió un producto derivado: el TCDD, más conocido con el nombre de “dioxina”. Según los fabricantes, esta “impureza” no puede eliminarse. Cuanto mayor es la cantidad de herbicida 2,4,5-T en la composición del defoliante, mayor es la tasa de dioxina.
El agente naranja fue probado en un atolón del Pacífico, y su nocividad fue tal que el presidente Roosevelt decidió renunciar a él y prohibió al ejército estadounidense su utilización. Sus sucesores no tuvieron los mismos escrúpulos: el presidente Eisenhower autorizó en 1959 que se pusiese a punto la tecnología aérea que hiciese posible la fumigación del herbicida.
A principios de los años sesenta, Monsanto y otras seis empresas estadounidenses (Dow Chemicals, Diamond Shamrock Corporation, Hercules Inc., Uniroyal Inc., T-H Agricultural & Nutrition Company y Thomson Chemical Corporation) produjeron herbicidas que contienen TCDD, mientras las investigaciones médicas establecían de forma incuestionable su triple efecto: provoca cáncer, causa malformaciones congénitas en el feto y origina modificaciones genéticas.


Ahora que conocemos las propiedades nocivas de Gorililita Carrió, para Los Caniches pasará a llamarse Agente Naranja. En esta foto podemos verla acompañada por otra Agente, pero ésta es de la inteligencia Yanky.
Un Caniche de Perón

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