Realmente me siento orgulloso cuando veo a mis otros hermanos caniches esforzándose por llamar a las cosas por su nombre, en este paìs en el que la verdad es aquella que sostienen los multimedios.
Asì, pudo verse a un ingeniero, usurpador de títulos, convocando a miles de personas en Plaza Congreso para hablarles sobre "la seguridad". Materia que desconoce profundamente.
También se observa con irritante liviandad, cómo simples e inconfundibles areneros pretenden equipararse a paradisíacas playas que van a mejorar la calidad de vida de los porteños. Lamentablemente, seis angelitos que vivían precariamente en La Boca, víctimas de la despriorización de políticas sociales no van poder levantar castillitos en la arena. De ellos se habló poco y se hizo menos.
La mascarada más reciente se consuma cuando aspiran a convencernos de que la nación
beligerante en el conflicto de la Franja de Gaza, es Palestina; siendo que sufrió miles de heridos y muertos, contra una ìnfima cantidad de Israel.
Pero sobre esas cuestiones se van a explayar mis otros hermanos caniches y, ciertamente lo harán con más acierto.
Básicamente, mi preocupación radica en recuperar el significado de las palabras y detectar las genuinas razones que sumergen a la población en este estado de alarmante deterioro cognitivo.
Como observador de las conductas de mis semejantes, pude arribar a la conclusión de que una de las pandemias que nos acucian como Nación es la falta de relaciones sexuales entre los habitantes.
Ellas dicen: "ya no quedan hombres". Ellos sentencian: "son todas unas histéricas".
Veo con preocupación cómo un número mayoritario de hombres, que abarcan todas las edades eréctiles, transitan por la urbe cabizbajos jugando con sus celulares, sin disfrutar los hermosos valles pectorales y las exquisitas protuberancias traseras que nos entregan las féminas transeúntes.
Quizás parezca un tema menor, pero la escasez de coitos, respaldado en bases científicas, perjudica la circulación sanguínea; atenta contra la función orgánica de los genitales; causa insomnio; produce estrés y disminuye la expectativa de vida.
Si a todas estas patologías le sumamos llegar a casa y ver "SHOWMATCH", seguramente nos convertiremos en entes capaces de ser vulnerados por la elemental, antojadiza y malintencionada información que nos suministran.
Por lo expuesto, mis queridas y queridos conciudadanos, hay que garcharse más, según la elección de sexos; sin culpa y con responsabilidad. Seguramente, esto nos hará más justos,libres y soberanos.
Nos vemos pronto.
FRANCISCO, el Caniche Tano.
Hola, t invito a darte una vuelta por mi blog, salu2.
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