LO MEJOR ESTÁ POR VENIR

Imagen: blog "que venga el día"

El título remite a una nota del lunes pasado firmada por el periodista que desparrama plumas y calza tanga, Joaquín Morales Sola, en el diario La Nación. Se titula “Lo peor está por venir”. Claro, hay que tener en cuenta que “lo peor” para ellos es “lo mejor” para nosotros. Cuanto peor se sientan ellos, mejor nos sentiremos nosotros.

Es interesante ver el estilo que maneja este “lady”-periodista, quien suele echar mano de declaraciones de supuestos kirchneristas arrepentidos y exiliados del gobierno. Eso sí: nunca da nombres ni remite a la fuente, lo cual equivale a “nada” en el ámbito informativo. En el artículo en cuestión, MS sigue apostando a la justicia y a la nueva conformación del congreso como rectores de la nueva etapa por venir. Nada nuevo en un país federal.

Se ve que este “señorita” aún tiene muy presentes aquellas épocas en que un poder prevalecía sobre otros, sobre todo cuando el poder era ejercido por señores con galones dorados. Pero también ignora, o pretende hacer ignorar a sus lectores, que este es un país presidencialista y no un régimen parlamentario. Hay frases que encierran sus verdaderas ideas. Por caso: “Contra todo lo que se prometió, el gobierno de Cristina Kirchner será reconocido en la historia como uno de los períodos de mayor desdén institucional”.

Analicemos un poquito esto: Morales Solá nunca distingue entre gobiernos democráticos y dictaduras. De ello se desprende que este gobierno, votado por el 46% de la población en pleno ejercicio de su facultad democrática, es lo mismo que una dictadura sangrienta, como -por ejemplo- la que se puso en marcha el 24 de marzo de 1976. Así, habla del supuesto autoritarismo de Cristina. Resulta hasta grotesco que esto lo diga un reconocido colaboracionista intelectual de aquel ignominioso período de la historia Argentina.

Causa gracia el modo en que plantea un supuesto “destrato” hacia Cobos. Dice que “nunca un presidente de la democracia (acá sí lo aclara) empujó o destrató a su vicepresidente”. Lo que no dice es que nunca un vicepresidente se bajó de un proyecto a los tres meses de haber asumido, al extremo de transformarse -como lo dice el mismo Morales Solá con total naturalidad- en un “vicepresidente y líder opositor”, “una situación extraña en la política”. Si es extraña la situación, ¿cómo no va a ser excepcional el trato? Esto sin mencionar que fue el mismo Cobos quien decidió bajarse del proyecto que apoyó claramente en la plataforma electoral y que además tenía como antecedente cuatro años del gobierno anterior.

Desde su cabeza gorila, Morales Solá aclara que Cobos era un “aliado y no un soldado”. No comprende, no le entra en esa maraca de vieja de Barrio Norte, que en un gobierno peronista todos somos soldados al servicio de la causa del pueblo.

Llama la atención también que el contenido de la nota se contradice con el título, ya que augura, debido a la recuperación económica, beneficios para las clases medias y altas, claros lectores del diario para el cual trabaja. ¿Dónde quedará lo peor? MS confunde la territorialidad. Habla de desorden del espacio público. Por lo que yo sé, vive en un importante edificio de la zona de Retiro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es decir, un espacio que está bajo responsabilidad del Jefe de Gobierno, o Niño Mauricio, ajeno a la jurisdicción nacional.

Dice MS que nada quedó del período de bonanza, en referencia a los cuatro años de gobierno de Néstor Kirchner. Pasa por alto (no lo ignora, lo pasa por alto) que es nuevamente el impulso político y la decisión de un gobierno lo que produjo esa bonaza, así como que es mucho lo que quedó ese período: una movilidad social ascendente, un marcado descenso en los índices de pobreza e indigencia y, por sobre todo, una reducción de la desocupación (del 25% a menos del 9%); la apertura de las discusiones de los convenios colectivos de trabajo, las paritarias y muchas otras medidas que volvieron a debatirse en materia laboral como eje de una economía nueva, obviando la recuperación de empresas que fueron saqueadas durante el menemismo, período que apoyó con vehemencia este homosexual reprimido.

Viniendo de él, queda claro a qué sectores de la sociedad se dirige: a los que aborrecen toda conquista en materia laboral, a los que lo “sindical” les suena a “sucio” casi tanto como lo político. A eso se refiere cuando dice “no quedó nada”, y enumera como desaciertos lo que a nuestro parecer es la columna vertebral de este gobierno al que claramente definimos como peronista: la recuperación de los fondos de las jubilaciones y pensiones, lo que él llama “confiscación” de la renta agraria, sustracción de las reservas nacionales; algo que no queda muy claro, “divagues para apropiarse de la renta petrolera”, lo que para nosotros sería estatizar ya YPF, y termina hablando de la liquidez de los bancos, una liquidez falsa, ya que no fluye, es estanca y no genera crédito productivo, medida debe llevarse adelante con la reforma de la Ley de Entidades Financieras y del Estatuto del BCRA.

Por eso, es necesario profundizar este proyecto nacional y popular. Cuando estos gorilas de derecha, así como también de izquierda -que nunca faltan- boquean que vamos mal, queda claro que vamos muy bien. Ampliemos esta soberanía política, profundicemos la independencia económica y la justicia social. Es decir, démosle MÁS PERONISMO a ESTE PERONISMO.

Caniche Julián