CRÓNICA DE UNA MENTIRA

Plaza Congreso desbordada por la convocatoria (las dos chicas no se cuentan). Imágenes cedidas gentilmente por la compañera Lorena García a la Caniche Silvia Ca.

Las cámaras de TN no podían encontrar el ángulo que les permitiera mostrar que “había mucha gente”. Imagino a los camarógrafos rodando sobre el polvo de ladrillo de Plaza Congreso, metiendo zoom, girando como trompos. Tal vez un ojo de pez hubiera andado bien. O, a lo Tinelli, enfocarles la entrepierna a los pocos vejetes que hacían la experiencia de pisar la misma plaza que pisan sus empleadas domésticas cuando están de franco. Si nosotros vamos por el chori y la coca, ellos lo hacen por pura vocación golpista. Todo sea por la libertad de expresión. Y por tener el privilegio de disfrutar del Trío San Javier del Gorilaje: el Piquetero Raúl Castells, el Mulo de la SRA Alfredo De Angeli y el Rabino Sergio Bergman. Juntitos, como putas en desgracia, y en un unplugged para la posteridad. Antes, y como dúo soporte, Patricia Bullrrich y Silvana Giudici sacudieron a la monada con un canon de argollas tristes.

No fue necesario cortar el tráfico.

Castells abrió con el Show del Chiste: se excusó de participar en un acto con “gente de derecha” pero recalcó que su misión es “defender a todos los que tengan derecho a expresarse, para que exista el pluralismo”. Está bieeen Raulito.

Inmediatamente, Alfredito De Angeli volvió a echar mano de su clásico riff de amenazas: advirtió a aquellos senadores que voten a favor de la Ley de Medios que, tras la sesión, “nunca nos vamos a olvidar de lo que votaron, no van a poder caminar en la plaza de su pueblo, porque van a ser señalados”, en tanto arremetía contra los diputados “alcahuetes y obsecuentes que no tienen vergüenza” por haber dado media sanción a la ley, y les prometía que en el futuro “van a hacer avergonzar a sus hijos y nietos”. Un enchastro de talento que rozó el paroxismo cuando, poseído, empezó a girar su cabeza a toda velocidad y a vomitar chorros de glifosato verde mientras era exorcizado in situ por Gorililita Carrió.

Llevan más gente los Testigos de Jehová

No conozco a fondo la religión judía, pero supongo que mentir debe ser considerado pecado en cualquier credo. Y eso es lo que hizo Bergman ante unos dos mil “manifestantes” simbólicamente amordazados en Plaza Congreso y ante millones de televidentes. "Siete mil manifestantes" eran para Bergman. ¿Querés siete mil? Dale, siete mil. Es lo que junta Platense en un partido de local y sin público visitante. Y va último, casi descendido, je. A Bergman no le importa esta nueva Ley de Medios de la democracia en tanto instancia superadora de una ley de la dictadura militar. Ese concepto no existe en su discurso. Se olvida Bergman que los grupos de tareas de aquella dictadura se ensañaban especialmente con aquellos compañeros de origen judío. Claro que esos no eran “sus” compañeros. Entonces, el rabino prefiere “olvidar” en pos de afianzar la “república”, la “cultura”, el “civismo”. Es “de manual”, como dice Carrió. De Manual de Zonceras Argentinas, sí.

“Es una ley mordaza”, taladraba el rabino una y otra vez. “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”, tronaba la monada. “En poco –reveló Bergman– todo lo que vas a poder ver es canal 7”. Y añadió: “Estas 7.000 almas y ciudadanos argentinos que están aquí, que no tuvieron miedo, que no se dejaron apretar... Es hora de defender los principios”. Cualquiera podría pensar que estamos en la Rumania de Ceaucescu. Pero no, es la Argentina K, donde cualquier garca puede cortar rutas durante seis meses para defender su abultado patrimonio desabasteciendo al pueblo, sin que nadie le toque un pelo.

Tan pobre convocatoria hizo chiflar el kipá a Bergman, que ahí nomás salió a sacudir gorilas remolones: “Los argentinos estamos acostumbrados a no movernos hasta que nos tocan el bolsillo. Salimos, pero lo hacemos tarde y mal. Lo que proponemos esta vez es defender nuestros derechos temprano y bien. Es tiempo que salgamos como esta noche, en Rosario, en Mendoza, en Córdoba, en Salta y en tantas ciudades a rechazar la Ley de Medios”. Y, en apocalíptica exaltación brechtiana, agregó: “Para que no nos lleven por delante, porque vienen por todo y por todos”. No mienta Sergio, que le va a crecer la nariz. Eh, no se entusiasme, dije solo la nariz…

De postre, los organizadores de la multitudinaria marcha convocaron a una “vigilia” frente al Congreso para el viernes a las 10. Claro que sí, ustedes hagan la vigilia que nosotros les llevamos las empanaditas de atún.

Caniche Pipo