Hace 37 años, un jueves 30 de mayo de 1977, las Madres de Plaza de Mayo –encabezadas por Azucena Villaflor– daban su primera vuelta a la Pirámide exigiendo información acerca de sus hijos desaparecidos. Esta tarde se cumplió la vuelta número 1.700. Ha pasado mucho agua bajo el puente, pero el reclamo sigue siendo el mismo: “Con vida los llevaron, con vida los queremos”. Nuestro homenaje a estas incansables luchadoras, ejemplo para todos nosotros.
Discurso completo de Hebe de Bonafini esta tarde en la Plaza de las Madres:
Parece una cifra, 1700. Es como sumar, cuántos, 1701 será el próximo, es como cuando uno cumple años. Pero creo que lo que las Madres hemos logrado en estos 1700 jueves tiene que ver con muchos pero muchos de ustedes: con los que creyeron en las Madres y nos acompañaron en los momentos más difíciles, en los que creyeron en las Madres y están construyendo maravillas como los Sueños Compartidos y eso es porque ellos, Sergio, Patricia, Pablo, Gregorio y una cantidad que no me quiero olvidar, soñaron con nosotras y crearon los Sueños Compartidos; y Pedro con la radio; y lo que filman y los sacan fotos; y Prensa Madres; y la Imprenta y los libros; y la Biblioteca ; y la Videoteca , y el ECuNHi, el Espacio Cultural Nuestros Hijos: en todo eso tienen que ver ustedes.
Las Madres, sí, marcamos un camino: no faltar. Cuando llegamos a la Plaza no nos duele nada, por eso digo que la salud mental está en las plazas. Nosotras a la mañana nos despertamos llenas de dolores, que a quién no le duele algo, cuando nos llamamos nos decimos “¿qué hiciste?”: sí, tengo que ir al médico, al del ojo, al de la pierna, el de la rodilla, el de los riñones, al del corazón, nos duele todo lo que tenemos, por afuera y por adentro.
Resulta que cuando ya se arriman las tres, todas corriendo al baño, todas a ponernos el pañuelo delante del espejo, todas vamos a la combi y llegamos a la Plaza y les juro, es verdad, no les miento, no nos duele nada de verdad, por eso la salud mental está en el trabajo, en la lucha, en las plazas, en las calles, en el pronunciarse, en el hablar, en comprendernos. Basta de mensajitos de texto que ya no nos escuchamos ni la voz, guárdense para los boludos los mensajitos de texto, hablemos, entendámonos compañeros. Ahí sí que vamos a estar perdidos.
1700 jueves, por nuestros hijos el primer día así desesperadas que venimos aquí. No soñábamos, por supuesto, que íbamos a pasar tantos años, creíamos que los íbamos a encontrar, pero estas Madres, estas que hoy seguimos y muchas que murieron pero que sus cenizas están acá en la Plaza porque, bueno, hemos pedido todas pero no porque las cenizas tengan que ver, sino porque vamos a estar acá para siempre. Cuando nos vamos muriendo nosotros sentimos que las compañeras están y marchan apretadas en nuestro cartel de la misma manera que sentimos a nuestros hijos.
No es fácil decir que los hijos están vivos, no es fácil asumir esa hermosa responsabilidad de sentir que ellos nos encuentran cuando llegamos a esta Plaza, de sentir que ellos están apoyando lo que hacemos y están apoyando, nuestros hijos, porque nacieron en ustedes. Nuestros hijos son ustedes. Nuestros hijos nacieron en otros que luchan y pelean y que creen en estos sueños maravillosos de las Madres.
Y esta transferencia de nuestros hijos a otros hijos es lo que nos mantiene fuertes, firmes y convencidas que la única lucha es ésta y hoy más que nunca, junto a la querida Cristina, a lo que está haciendo, lo que nos está dando, la demostración de fortaleza. Ella también aprende poco a poco que Néstor está vivo, también en esta Plaza, él también nos acompaña aquí.
Por eso tenemos que aprender, aprender, aprender de todos, a llenar las Plazas, a no quedarnos haciendo muchas reuniones para ver qué vamos a hacer el año que viene. El año que viene es hoy. 2011 es hoy, “Cristina Presidenta” es hoy.
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