Esa plaza con cientos de miles de Argentinos agradecidos.
Esa plaza con los nuevos invitados al bicentenario tren de los sueños de la Patria.
Esa plaza que pendulaba entre la tristeza mas profunda y la esperanza mas bella.
Esa plaza que vos soñaste y amasaste con tus manos torpes de pibe sabandija.
Esa plaza impúdica, incorrecta, rebelde, amable, naciente, dolida, florecida.
Esa plaza que marcara el signo de los tiempos que vienen y honrara la memoria de los pasados.
Esa plaza es la realidad mas concreta que tu muerte no fue en vano.
Amigo, todos los días al levantarnos, secamos las lagrimas, tomamos tu bandera, y salimos a la calle a militar por el sueño que compartimos. Y sabes una cosa: somos millones.
LOS CANICHES DE PERON.
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