Hubo un presidente -aunque no parecía, lo era- que vino de la mano de una Alianza y que vendió un modo muy serio de presidir la Nación, aunque en la realidad era como una joda, radical él, y abonaba el teorema del gobierno tornillo: ajustaba para abajo y aflojaba para arriba. Todos recordamos el oprobioso descuento del 13% a jubilados y empleados estatales, sobre todo los que tuvimos que soportarlo. Pero la memoria es muy importante, había una “piba” a cargo del Ministerio de Trabajo, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, mujer a la que no le temblaba el pulso a la hora de ajustar y menoscabar los derechos de los trabajadores. Fue una joda de muy mal gusto. Es más, de joda no tenía nada.
Dentro de este universo de asalariados, encontramos a los Canillitas, quienes no quedaron exentos de la desregulación del mercado impulsada mediante un decreto de este payaso radical de De la Rúa y rubricado por la mencionada ministra. Entraban al nuevo escenario noliberal de los años 90. Para ser más específicos, se firmó el decreto 1025/00, que establece un nuevo sistema regulatorio para la comercialización de diarios y revistas en todo el país.
La norma establecía que se podía “editar, distribuir y vender diarios, revistas y afines, en un régimen de libre competencia y sin restricciones”. Una mentira más de ese gobierno, con la que se sepultaban los derechos de los canillitas, la exclusividad de estos frente a la distribución y venta de diarios. La explicación dantesca que esbozaron estos verdaderos representantes de los poderes concentrados fue: “Se explica que si bien el régimen fue instituido en 1945 para proteger la actividad de los distribuidores y vendedores de diarios, revistas y afines en virtud de una situación de emergencia, éstas han perdido virtualidad y con las nuevas reglas económicas introducidas a partir de 1991 se generó una situación de conflictividad que es necesario resolver”.
Es decir, un mazazo a los derechos y reivindicaciones laborales peronistas. Dicho de otro modo: bienvenidos al neoliberalismo, y a curtirse. Era clara la desventaja a la cual los sometía la norma: nadie puede competir contra, por ejemplo, grandes hipermercados, además de condicionar verdaderamente la libre expresión y circulación de las noticias, debido a que con un simple arreglo las distribuidoras podían manejar a quién suministrarle, qué y cuál medio gráfico, sumando además cuál ni siquiera vería la luz. Imaginen solo un pequeño ejemplo: ¿se vendería en un hipermercado, llámese Dumbo, un diario que dijera en su titular “DUMBO EXPLOTA TRABAJADORES”? Está claro que no.
En ese momento, estos peligros para la libertad de expresión no molestaron a las asociaciones que nuclean a los distribuidores, como ADEPA. Tampoco les molestó en ese momento algo que si les generó una inquietud a principios de este mes, cuando la Presidenta de todos los argentinos firmó el decreto por el cual le devolvía a los canillitas la exclusividad de la distribución de diarios y revistas -para decirlo claramente: sus derechos-, fijando como la Autoridad de Aplicación de la relación de las distribuidoras con los vendedores al Ministerio de Trabajo, según consta en el Articulo 7º del decreto 1025/00, firmado por De la Rúa y Bullrich, que puede verse en un artículo periodístico del diario LA NACION del 5 de noviembre de 2000. Ahora, en la edición online de CLARIN correspondiente al 6 de noviembre pasado, se puede leer: “A través de un decreto, el Gobierno nacional avanzó sorpresivamente ayer sobre la distribución de diarios y revistas. Designó al Ministerio de Trabajo como ‘autoridad de aplicación’ del sistema que relaciona a editores, distribuidores y quiosqueros. Y dispuso que establezca una nueva regulación al respecto”. La nota se titula “Otro avance del Gobierno sobre el sistema de distribución de diarios”.
Podemos ver que no cambió nada respecto de la Autoridad de aplicación, sigue siendo el Ministerio de Trabajo. Ahora sí, lo que claramente cambió es la política laboral: de un gobierno radical que esquilmó todos los derechos, o los pocos que habían quedado luego del menemismo, a esta administración que defiende y restituye cada una de las reivindicaciones laborales de los trabajadores. Lo que les molesta es que el gobierno elija privilegiar las necesidades de estos sectores sobre otros. No es lo mismo que Carlos Tomada sea de Ministro de Trabajo a que lo sea Patricia Bullrich, una gorila reaccionaria, empleada de los dueños de la palabra.
En realidad, ese titular tendría que haber salido así: Otro avance del Gobierno, restituyendo derechos laborales a los Canillitas dentro del sistema de distribución de diarios.
Enlaces a notas:
Con buenas intros y muy buena pluma el cro juli sigue pasandosé con sus posteos, genial el canichaje!!! que lamentable bullrich luro pueyrredón...
ResponderBorrarEsos sí que nos hicieron parir por esta familia peronista todavía se sienten los cinbronazos de los descuentos...en fin.
saludos!!
Veo en la foto tres patriotas, pero a uno de ellos, el padre de la criatura, hacen cola para putearlo. Yo no lo putearía tanto, mas bien trataría de desactivar sus macabros inventos, que inexplicablemente gozan de muy buena salud. El IVA 21º% la ley 25413, la provincializacion de las escuelas y hospitales, los peajes de Macri, la jubilacion a los 65, los hipermercados, la desregulacion laboral, es peronista cavallo???
ResponderBorrarUn abrazo compañeros, viva Perón!