Parece que hubo maniobras K para infiltrarle a Mauricio Macri un cuñado en su familia. Pero eso no es todo: este cuñado, además de ser un “vago” mantenido por esta familia acaudalada, es un mentalista, un parapsicólogo, que puede vaticinar el futuro y leer cartas astrales y demases.
Y hay todavía más: este mentalista es socio en un homicidio con Carlos Ávila, ex dueño de Torneos y Competencias, y de Sergio Burstein, familiar de una persona fallecida en el atentado contra la mutual judía AMIA; todos ellos investigados por un juez de la provincia de Misiones, lugar donde se llevó a cabo el homicidio.
Lo extraño es que ninguna de estas personas estuvo en esa provincia; es más, no se conocen entre ellos. ¿Qué es esto? ¿Una película policial clase C? (B le queda grande). No es el argumento esgrimido por el Gobierno de la Ciudad frente a lo que sería, si no fuese un opositor al Gobierno Nacional, y uno de los principales candidatos a presidente que tiene el establishment.
No un escándalo, como quieren hacer ver los medios. Es una causa gravísima de espionaje, un delito de características inconmensurables, y con un claro responsable político: MAURICO MACRI, jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hoy de vacaciones en MADRID, uno de sus cinco viajes en los últimos meses. Ya estuvo en NUEVA YORK, LONDRES, SUIZA, ITALIA y MEXICO. Se desconoce cuáles son los fines de estas escapadas fugaces; es raro que el intendente de una ciudad tenga tanta necesidad de viajar al exterior.
Pero esto es sólo una anécdota frente al grave problema que tiene este señorcito. Los medios intentan quitarle trascendencia a la noticia, pretenden desvincular a Macri de la causa. Sin embargo, está más que claro que fue él quien sostuvo en el cargo al Fino Palacios a pesar de que llovían denuncias en su contra. Palacios fue desplazado de la Policía Federal en el marco de la investigación que lo vinculaba, como encubridor, a la causa AMIA. Pese a todo, Mauricio lo bancana por ser “el policía más condecorado”. Cuando estalló la causa por el espía Ciro James -hombre postulado por el Fino para la Policía Metropolitana-, agente que se desempeñaba como asesor en el Ministerio de Educación porteño, y al que ahora “nadie conoce”. James era Mandrake: entraba al despacho de Naradowski y ninguno lo veía; engañó al ministro, al Fino, a parte del gabinete porteño, a todos.
En realidad es a James a quien habría que condecorar o, como se dijo por ahí, que se vayan todos los funcionarios porteños y lo pongan a Ciro a manejar la ciudad. Nota al margen, en el momento en que apareció en escena este espía del recontraespionaje, el Jefe Porteño andaba de viaje por las tierras del norte; no por el norte argentino, por el norte de las Américas.
“A este James lo puso la Federal para empiojar la salida a la calle de la nueva policía porteña” es el argumento que esgrimen los funcionarios macristas, algo insostenible por donde se lo mire, sin argumentación valida. Tan insostenible como que aparecieron las fotos del espía trabajando en Boca Juniors, club al que llegó de la mano de Palacios. Aun así, esto era negado por la corte del Niño Mauricio en el diario MIRADAS AL SUR del 25 de octubre pasado, con una hipocresía pocas veces vista.
Esto arrastró la salida de Jorge “Fino” Palacios de la jefatura de la metropolitana. Nunca se aclaró si se fue, si lo echaron, nada. En su reemplazo fue nombrado Osvaldo Chamorro. Más gatopardismo político, más de lo mismo. Y como no podría ser de otra manera, este jefe policial también terminó su gestión de manera abrupta, sospechado de pinchar teléfonos, de buscar información sobre opositores, periodistas y hasta funcionarios propios del gobierno porteños, como Horacio Rodríguez Larreta (alias El Guasón).
Otro mamarracho de una administración que no encuentra rumbo, que se sostiene gracias al andamiaje mediático amigo, que intenta por todos los medios lavarle la cara.
MAURICIO MACRI suponía que se podía gobernar con un conciliábulo de cortesanos PRO, los mismos que nos están sumergiendo en una ciudad vacía desde todo punto de vista: cultural, educativo, social. Una gestión carente de proyectos inclusivos, que posterga y castiga sistemáticamente a los sectores más vulnerables con grupos parapoliciales como la UCEP, sin ámbitos para debatir los problemas que nos atañen a todos, intentando vaciar de contenido al sujeto político para convertirlo en un simple “vecino”, con poco margen para la protesta, solo con “permiso” para disentir y expresarse. Una grosería más. Nos están dejando algo parecido a un enclave dentro de un país diferente, con proyectos diferentes, con estrategias diferentes y, por suerte, con liderazgos diferentes.
Caniche Julián
genial julian, son todos inútiles, caraduras etc
ResponderBorrarhttp://operativoretorno.blogspot.com/2009/11/eyaculacion-precoz.html
ResponderBorrar