LA CENTROIZQUIERDA NO ESTÁ NI AL CENTRO NI A LA IZQUIERDA

Pinocho Solanas -candidato a presidente de Trulalá- Claudio Lozano y el socialismo vernáculo son CADA VEZ MÁS funcionales a la derecha. Ahora le sostienen la vela a Macri y compañía, que quieren copar todas las comisiones de la Cámara de Diputados, recurriendo a la triste agachada de jugar para el rating de la política, en base a un burdo razonamiento: “Si Kirchner tiene 70% de imagen negativa, entonces nosotros tenemos que estar del lado de la gente”. Ayer bancaban leyes como las de estatización de los fondos de las AFJP, de Medios, o la de Aerolíneas, y hoy le ponen hombro a un posible nuevo escenario legislativo en el que esas mismas leyes no obtendrían ni media sanción.

¿Cómo le van a explicar esta gaffe a sus preclaros y transparentes militantes y votantes? O bien, ¿cómo lo van a sostener ante todo “el pueblo que ya no quiere a Kirchner”? ¿Cómo hacen Pinocho Solanas y Mauricio Macri o Reutemann y Binner para sumar en el mismo lugar? Porque ahora confluirían todos en el Gran Arco Opositor. ¿Cómo puede ser que la centroizquierda construya un escenario en que Proyecto Sur y el socialismo están planteando una arquitectura de comisiones en Diputados mediante la cual todas las leyes que votaron durante este último año y medio no hubiesen salido?

Así, la centroizquierda se muda a la derecha para propiciar o legitimar una conformación reaccionaria de comisiones en las Cámaras después del 10 de diciembre. La ley no escrita, respetada durante 200 años, dice que la presidencia y la vicepresidencia de las Cámaras le corresponde a la primera minoría. Pero también hay comisiones claves que hacen a la gobernabilidad, como la de Presupuesto o la de Asuntos Institucionales.

Si la oposición maneja Presupuesto, puede alterar los ingresos del estado nacional mediante la modificación de impuestos, o puede variar la recaudación mediante la, por ejemplo, modificación del impuesto al cheque. Ni hablar de las retenciones al agro, que bajarían de un plumazo para jugar “el fútbol que le gusta la gente” y encuadrarse ante a sus jefes de las corporaciones.

De este modo, a la centroizquierda que participó en la construcción de mayorías a partir del impulso del Frente para la Victoria, hoy no le tiembla el pulso para darle mayoría a la derecha. Acá todos se llenan la boca de democracia, pero se cagan en la institucionalidad y en la gobernabilidad. A algunos se les está corriendo la careta: ya se empieza a ver que lo único que les intreresa es regar sus pequeñas plantitas.

El Gobierno deberá apuntar a sumar un número de diputados que acompañe el planteo de respetar la institucionalidad: presidencia y vicepresidencia primera para la primera minoría, y mayoría en una serie de comisiones fundamentales para la gobernabilidad. Lo que se perfila es que la oposición pretenda ganar todas las votaciones con escenarios unilaterales (132 a 127 o 134 a 125). Claro que si esto afectara la gobernabilidad existe un INSTRUMENTO INSTITUCIONAL llamado VETO presidencial. No es “vetocracia”; es DEMOCRACIA en toda su dimensión. Faltan dos años de gestión. No pretenderán manejar el país aquellos que nacieron para cebar mate o huir en helicóptero...

Caniche Pipo