“¿Qué van a hacer conmigo, van a volver a violar la Constitución Nacional?” bramó el demócrata-criminal Luis Aberlado Patti desde la cárcel de Marcos Paz, en alusión a la impugnación de su candidatura presentada por familiares de víctimas de la última dictadura militar.
En boca del torturador, represor y autor de delitos de lesa humanidad y apremios ilegales, entre otros pergaminos, la frase toma el vuelo de uno de esos chistes pelotudos de Jorge Corona. Pero es serio. No porque hagan mella en estas democracias gorilas y mentirosas, sino por todo lo que representa semejante energúmeno.
“La Corte ha dicho que yo soy diputado de la Nación, lo que pasa es que no le han acatado la orden”, dijo el ex comisario, y aseguró que conseguirá la autorización para ser diputado nacional “porque así dice la Constitución”. En declaraciones a Radio Mitre, Patti aseguró que éste “es el único caso que se ha dado en la historia”. Tiene razón, es indignante…
Lo que tampoco autoriza la Constitución Nacional, por ejemplo, es encabezar una banda parapolicial para fusilar militantes peronistas. Los compañeros Eduardo “Carlón” Pereyra Rossi y Osvaldo “El Viejo” Cambiasso no tuvieron chance de invocar ninguna carta magna cuando, el 14 de mayo de 1983, fueron secuestrados y ejecutados por el demócrata Patti. La misma suerte corrió días antes, en Córdoba, Raúl “Roque” Clemente Yaguer. Y siguen las firmas.
Patti te queremos... un par de metros abajo nuestro.
Los Caniches de Perón
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