Hay que joderse. Ahora resulta que Barack Hussein Obama, el “afroamericano cheronca” que dibuja sonrisas xilofónicas, perdona todos nuestros pecados y, en su rol de comisario planetario, se va a tomar el trabajo de evaluar nuestros legajos, uno por uno. Esta actitud “papal”-mediática ya rompe soberanamente las pelotas, máxime cuando el morocho no para de vender humo mientras sigue defendiendo con dientes y pezuñas los intereses de las 200 corporaciones que lo sentaron en el Salón Oval del gran país del norte. Y de ahí no va a sacar los pies del plato, ¿o cabe alguna duda?
¿Realmente creerá Obama que el resto del mundo come vidrio? En su estrategia berreta de “hablar más con los enemigos que con los amigos”, petardeó en plena campaña que no tendría problemas en visitar Irán, Siria, Venezuela, Cuba y Corea del Norte, o algunos países sudamericanos que se le cuadran hostiles: Bolivia, Chile, Argentina, Brasil. De hecho, hoy salió a dar su bendición para que los estadounidenses de origen cubano puedan viajar sin limitaciones a la isla y mandar remesas, aunque con ciertas condiciones, como la prohibición de enviar dinero a miembros del Partido Comunista o funcionarios del gobierno. “Queremos que Cuba avance a un futuro democrático” dijo filantrópico. De levantar el embargo, ni hablar. “Queremos incrementar el flujo de información. Queremos un mercado global de radio y televisión. Pero para eso necesitamos que el gobierno cubano permita que empresas de los EEUU brinden servicios en la isla”. Flor de salame es el morocho ¿eh?
En Medio Oriente también anduvo derrochando glamour. Dijo que las tropas de ocupación “son cruciales para que podamos garantizar que Irak sea un lugar estable y no un santuario de terroristas”. Pese a reconocer que Afganistán sigue siendo su prioridad, Obama subrayó que “aún queda mucho por hacer Irak”; por ejemplo, “promulgar la ley sobre el petróleo que el Parlamento de Bagdad aún no aprobó”. Pero qué muchacho trabajador es Barack.
Por un lado garantiza la viabilidad de los negocios; por el otro, exhorta a los estadounidenses a “cortar su adicción al petróleo”, que lleva al país a enviar diariamente 800 millones de dólares “a países que incluyen algunos de los regímenes más despóticos y volátiles del mundo, como Venezuela e Irán”, y señala que es necesario presentarles batalla a “las tiranías del petróleo”.
Lejos de cualquier metáfora, no hace mucho un grupo de estudiantes iraníes quemó fotos de Obama frente a la embajada de los EEUU en Teherán al grito “muerte al clérigo americano”, “muerte al cambio americano”, "Islam cobra la victoria, oriente y occidente se aniquilarán”. Estos pibes sí que no se tragan ni medio carozo.
Un tanto más diplomático, aunque no tanto, Hugo Chávez calificó de “pobre ignorante” a Obama cuando éste acusó al gobierno de Venezuela de “exportar terrorismo”. “EEUU es el verdadero terrorista” y el que “ha mandado matar al que le ha dado la gana” (…) “Vaya, qué ignorancia. El verdadero obstáculo para el desarrollo de América latina, señor Obama, ha sido el imperio que usted preside”, disparó Chávez. ¿Aló, Barack? Nada nuevo, sólo un tibio cambio de protocolo. La misma mierda, pero disfrazada de Tío Tom.
El Caniche PIPO
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