Son las 16.15. Enciendo la TV; voy pasando de canal en canal y llego a TN. La pantalla muestra unas parabólicas y la leyenda “TN comunica a sus televidentes que su transmisión está siendo interferida por acciones ajenas a este canal por motivos que se investigan. Lo mantendremos informado”. De fondo, el cacareo de los conductores. Informan que el canal está siendo jaqueado por “interferencias intencionales”. Después dicen que podría tratarse también un problema técnico, pero que no creen que sea un problema técnico porque, de ser así, debería suceder que algún operador se haya tildado tres días seguidos, lo cual resulta muy improbable, salvo que el operador haya actuado de mala fe, cosa que también sería inadmisible…
El tema, dicen, es que se ha “interferido intencionalmente” –esto lo subrayan permanentemente– el “trasponder” del satélite INTELSAT, impidiendo la transmisión al interior y el exterior del país de sus señales televisivas: Canal 13, TN, Volver, Magazine, Metro y TyC Sports; y radiales: Mitre y FM 100. Relatan también que se ha podido detectar que la interferencia proviene de “algún lugar de Sudamérica”. En diálogo con un alto ejecutivo técnico de la empresa, comienzan a sucederse todo tipo de reflexiones “ingenuas”, hasta llegar al siguiente planteo: “Ingeniero, usted cree que un Gobierno podría tener las herramientas necesarias para hacer esto?”. “Yo creo que sí; de hecho, la Comisión Nacional de Comunicaciones las tiene”, responde el inmaculado y republicano ingeniero.
Inmediatamente, entra en la conversación el senador nacional por La Pampa Juan Carlos Marino (UCR), haciendo hincapié en “la preocupación vigente en la Argentina acerca de las sucesivas amenazas hacia la libertad de expresión y de prensa y por la necesidad de garantizar las mismas. Queremos saber, por parte del Comfer, por parte de la Comisión Nacional de Comunicaciones, qué es lo que está ocurriendo en la Argentina, porque una democracia sin libertad de expresión es una democracia renga”. Y agrega: “Los que hablan bien del Gobierno tienen una abultada pauta oficial y son los medios preferidos del Gobierno. Pero aquellos medios que reflejen la realidad, tienen este tipo de problemas”.
¿QUÉ LES PASA AL GRUPO CLARIN Y A LA UNIÓN DESTITUYENTE? ¿ESTÁN NERVIOSOS POR LA NUEVA LEY DE RADIODIFUSIÓN? ¿O PORQUE SE APROXIMAN LAS ELECCIONES Y NO LES CIERRAN LOS NÚMEROS?
Lo que no dijeron TN ni el legislador adalid de las libertades individuales es que en diciembre pasado el multimedia Clarín despidió a 15 trabajadores de esa señal de cable, entre ellos los productores Ricardo Junghanns y Marcelo Moreira. ¿El motivo? Estos y otros compañeros periodistas estaban tratando de organizar la comisión interna en el canal “independiente”, una iniciativa que no se realiza desde hace 18 años.
“Tanto TN como Canal 13 alegaron para despedirme a mí y a Ricardo Junghanns que no dábamos con el perfil, cuando hace diez años que trabajo ahí y mi compañero 15”, explicó en aquel momento Marcelo Moreira, ex editor periodístico de Telenoche, al sitio “Política y Medios”. La serie de despidos sin causa en medios del Grupo Clarín comenzó a mediados de 2008, a partir de distintos reclamos realizados por los trabajadores periodistas: mejoras en las condiciones de contratación de los pasantes, pago de feriados no remunerados, reorganización de tareas y establecimiento de jornadas laborales de ocho horas, entre otros.
“No es la primera vez que el personal de TN y Canal 13 deben movilizarse para que la sociedad se entere de sus reclamos ante el silencio de los grandes medios de comunicación. A mitad de año, cuando estaban negociando por los otros despidos, el grupo multimedia encabezado por Ernestina Herrera de Noble, el más poderoso y concentrado de la Argentina, decidió quebrar el diálogo y sostener frente al Ministerio de Trabajo que la empresa no tenía ningún problema con sus trabajadores”, aseguró “Política y Medios”.
“Patearon la mesa de diálogo, y en nuestras propias caras nos trataron de locos, alegando que no había conflictos y que no entendían por qué los citábamos, y que por eso no iban a participar más de ninguna reunión”, explicó Moreira, quien se postulaba como candidato a delegado en la Comisión Interna que estaba armando la UTPBA en esos medios del Grupo Clarín.
“Desde un primer momento con Ricardo fuimos las caras visibles de este proceso; por eso no somos el perfil de la empresa, y no mienten, porque no coincide con ellos y sus valores e ideales laborales, aquellos que se quejan por lo que les corresponde”, afirmó, para luego subrayar que en ese multimedio “se cagan en la democracia”.
El dirigente de la UTPBA Edgardo Miranda explicó que se temía un resultado desfavorable, ya que “hay muchas cuestiones que interfieren, por tratarse de la empresa de la que hablamos: tiene un poder de lobby que hace templar a cualquiera”.
CHE, CLARIN, ¿ESOS DESPIDOS HABRÁN SIDO “INTENCIONALES”? ¿ESTARÍAN “INTERFIRIENDO” ESTOS COMPAÑEROS, CON SUS RECLAMOS LEGÍTIMOS, LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LA INDEPENDENCIA INFORMATIVA?
El tema, dicen, es que se ha “interferido intencionalmente” –esto lo subrayan permanentemente– el “trasponder” del satélite INTELSAT, impidiendo la transmisión al interior y el exterior del país de sus señales televisivas: Canal 13, TN, Volver, Magazine, Metro y TyC Sports; y radiales: Mitre y FM 100. Relatan también que se ha podido detectar que la interferencia proviene de “algún lugar de Sudamérica”. En diálogo con un alto ejecutivo técnico de la empresa, comienzan a sucederse todo tipo de reflexiones “ingenuas”, hasta llegar al siguiente planteo: “Ingeniero, usted cree que un Gobierno podría tener las herramientas necesarias para hacer esto?”. “Yo creo que sí; de hecho, la Comisión Nacional de Comunicaciones las tiene”, responde el inmaculado y republicano ingeniero.
Inmediatamente, entra en la conversación el senador nacional por La Pampa Juan Carlos Marino (UCR), haciendo hincapié en “la preocupación vigente en la Argentina acerca de las sucesivas amenazas hacia la libertad de expresión y de prensa y por la necesidad de garantizar las mismas. Queremos saber, por parte del Comfer, por parte de la Comisión Nacional de Comunicaciones, qué es lo que está ocurriendo en la Argentina, porque una democracia sin libertad de expresión es una democracia renga”. Y agrega: “Los que hablan bien del Gobierno tienen una abultada pauta oficial y son los medios preferidos del Gobierno. Pero aquellos medios que reflejen la realidad, tienen este tipo de problemas”.
¿QUÉ LES PASA AL GRUPO CLARIN Y A LA UNIÓN DESTITUYENTE? ¿ESTÁN NERVIOSOS POR LA NUEVA LEY DE RADIODIFUSIÓN? ¿O PORQUE SE APROXIMAN LAS ELECCIONES Y NO LES CIERRAN LOS NÚMEROS?
Lo que no dijeron TN ni el legislador adalid de las libertades individuales es que en diciembre pasado el multimedia Clarín despidió a 15 trabajadores de esa señal de cable, entre ellos los productores Ricardo Junghanns y Marcelo Moreira. ¿El motivo? Estos y otros compañeros periodistas estaban tratando de organizar la comisión interna en el canal “independiente”, una iniciativa que no se realiza desde hace 18 años.
“Tanto TN como Canal 13 alegaron para despedirme a mí y a Ricardo Junghanns que no dábamos con el perfil, cuando hace diez años que trabajo ahí y mi compañero 15”, explicó en aquel momento Marcelo Moreira, ex editor periodístico de Telenoche, al sitio “Política y Medios”. La serie de despidos sin causa en medios del Grupo Clarín comenzó a mediados de 2008, a partir de distintos reclamos realizados por los trabajadores periodistas: mejoras en las condiciones de contratación de los pasantes, pago de feriados no remunerados, reorganización de tareas y establecimiento de jornadas laborales de ocho horas, entre otros.
“No es la primera vez que el personal de TN y Canal 13 deben movilizarse para que la sociedad se entere de sus reclamos ante el silencio de los grandes medios de comunicación. A mitad de año, cuando estaban negociando por los otros despidos, el grupo multimedia encabezado por Ernestina Herrera de Noble, el más poderoso y concentrado de la Argentina, decidió quebrar el diálogo y sostener frente al Ministerio de Trabajo que la empresa no tenía ningún problema con sus trabajadores”, aseguró “Política y Medios”.
“Patearon la mesa de diálogo, y en nuestras propias caras nos trataron de locos, alegando que no había conflictos y que no entendían por qué los citábamos, y que por eso no iban a participar más de ninguna reunión”, explicó Moreira, quien se postulaba como candidato a delegado en la Comisión Interna que estaba armando la UTPBA en esos medios del Grupo Clarín.
“Desde un primer momento con Ricardo fuimos las caras visibles de este proceso; por eso no somos el perfil de la empresa, y no mienten, porque no coincide con ellos y sus valores e ideales laborales, aquellos que se quejan por lo que les corresponde”, afirmó, para luego subrayar que en ese multimedio “se cagan en la democracia”.
El dirigente de la UTPBA Edgardo Miranda explicó que se temía un resultado desfavorable, ya que “hay muchas cuestiones que interfieren, por tratarse de la empresa de la que hablamos: tiene un poder de lobby que hace templar a cualquiera”.
CHE, CLARIN, ¿ESOS DESPIDOS HABRÁN SIDO “INTENCIONALES”? ¿ESTARÍAN “INTERFIRIENDO” ESTOS COMPAÑEROS, CON SUS RECLAMOS LEGÍTIMOS, LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LA INDEPENDENCIA INFORMATIVA?
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