Ah sí, es cierto que Biolcatti, Llambías y demás Campogarcas en su vida vieron siquiera germinar un poroto, y que De Ángeli, de chiquito, les alquilaba las macetas de la vieja a los vecinitos que jugaban a ser grandes productores sojeros.
Distinto es el caso de los apologistas Magdalena Ruiz Guiñazú, Joaquin Morales Solá y Marianito Grondona, a quienes el servicio doméstico acunaba con la obra de Adam Smith. Al niño Nelson Castro, no obstante, lo mandaban a la cama sin cuentito, previa cucharada de aceite de ricino. En cambio, a Gorililita Carrió sólo lograba dormirla el Todopoderoso, con un certero gancho al esófago.
Queridos Caniches: las imágenes pertenecen al libro de lectura para primer grado superior "Niños felices", de María Alicia Domínguez, publicado en 1953 por Editorial Kapelusz, del cual seguiremos proporcionando material en sucesivas entregas.
Un abrazo peronista !
Excelente hallazgo. Fue una lástima que Perón no avanzara nunca con la Reforma Agraria.
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